25 marzo 2010

Ana y Mia


“Porque la comida es como un arte…existe solo para mirarla”

Dos princesas, Ana y Mia, impulsan a no comer, a la delgadez extrema, al fetiche del hueso, a la compulsión sobre el peso, las balanzas, las medidas, la cantidad de calorías, los vómitos auto provocados. Inconmovibles amigas que llevan, lenta y horriblemente, al destino de la muerte.

Así se bautizó a la anorexia y la bulimia, Ana y Mia, re-nombres que permiten decir lo innombrable de estas enfermedades, y dan lugar al despliegue de las hadas, las libélulas, las mariposas, seres livianos y hermosos, como Ana y Mia, diosas eternamente delgadas, a toda costa.

Las páginas webs pro-Ana y pro-Mia abundan. Consultorios improvisados que aconsejan cómo ser anoréxicas eficientes o buenas bulímicas. Atroz necesidad de buscar la manera de encajar en un mundo donde el estereotipo de mujer nunca somos las mujeres. Donde las exigencias no terminan nunca, donde los ideales se corporizan “livianos” e inalcanzables.

Es curiosa y triste la imagen que devuelve el espejo, que no alcanza, inagotable, y que pide más y más del “vivir para morir”, cuando es la estética superior a la salud, hasta que la estética se pierde y deviene lo morboso.

Ana y mía, que sólo contemplan la comida por su belleza, devuelven esa cuestión obscena que intenta representar a las mujeres como arte: “sólo para ser miradas”. Alto costo tasa a las mujeres en ese intento, privándonos de la palabra, exigiéndonos ser objetos deseables, sin maneras de pensarnos más allá de hadas y mariposas, que dejan de ser metáforas para sintetizarse en lo real nuestra carne…

Alto costo…




18 marzo 2010

El síndrome de "el lunes empiezo"


Quién no dijo o se dijo alguna vez “el lunes empiezo” tantas cosas:


-El gimnasio
-La dieta
-A estudiar
-A buscar laburo
-A dejar de tomar
-A dejar de fumar
-A dejar de apostar
-Etc, etc, etc...


El lunes empiezo…Como si fuera que el lunes es un día propicio para empezar algo… Como si fuera que cada mes empieza con un lunes 1 de enero febrero o marzo… Como si fuera que los lunes comienza la semana… Como si fuera que todo va a salir mejor si es desde el lunes… Como si fuera que empezar el lunes garantiza algún tipo de orden y continuidad a la tarea… Como si fuera que un jueves no tiene sentido empezar… Como si fuera que alguien le cree a uno que empieza algo el lunes… Como si fuera que uno se cree que empieza algo el lunes… Como si fuera que el lunes, realmente, uno va a empezar algo...

A me encantan los “el lunes empiezo”, porque me desligan de todo lo que no tengo ganas de hacer…

12 marzo 2010

El mayor misterio de la medicina


Siempre me pregunté porqué los médicos escriben tan inentendiblemente. ¿Será que tienen una materia denominada "escribir mal en los recetarios"? ¿Será que manejan códigos propios y no permiten que el mundo se entere? ¿Será que después de conocer lo más profundo del cuerpo humano, la caligrafía ya no tiene importancia?

11 marzo 2010

Sobre gustos y colores sí hay algo escrito

"Preferible que sobre, y que no falte" ecuación que nunca se aplica, entre los gustos masculinos, en lo que a dimensión corporal de la mujer se refiere.

Siguiendo los prejuiciosos rótulos que los hombres sugieren a la hora de hablar de ellas, y dependiendo de si colaboran o no a la fuerza de la gravedad sobre la masa, las mujeres se clasifican en:

1-Flacas: su peso equivale a su estatura física menos 1 metro y 20 centímetros. Aplicada la ecuación en una mujer adulta de 1,60 mts de estatura, sería:

1,60 mts - 1,20 mts = 40 kilos (Flaca)

2-Gordas: Peso de la gorda es equivalente a la estatura de la misma sin la coma. La ecuación aplicada a la mujer de 1,60 mts:

1,60 mts - coma decimal = 160 kg (gorda)

3-Pulsudas: Peso igual a la estatura corporales menos 1 metro, relativizado. Aplicando la ecuación, adulta mujer de 1,60 de estatura:

1,60 mts - 1,00 mts = 60 kilos.

* Relativización: 10kg de tetas - 10 kg + 40 kg de cola de resto físico = 60 kilos (pulsuda)

La pregunta se hace evidente: Los hombres ... ¿cómo las prefieren?

Dentro de la apreciación masculina, si bien entre las flacas y las gordas hay un abismo de diferencia (120 kilos) las pulsudas, en cambio, vendrían a ser un híbrido muy conveniente entre ambas.

Además, dentro de cada clasificación, pueden hacerse clementes consideraciones agregando un diminutivo al sufijo: flaca, "flaquita" gorda, "gordita"; pulsuda ", pulsudita". En este último caso, por lo general, el público viril prefiere simplemente la acepción "pulsuda" con todas las letras, y mientras más ronca la voz al proclamarlo, mejor.
Dependiendo de la situación, los hombres también agregan sustantivos calificativos al concepto. Por ejemplo:
-Situación de repudio: gorda deforme, flaca chuza, pulsuda pulsuda (la pulsuda no tiene situación de repudio)
-Situación de aceptación: gorda piola, flaca chura, pulsuda pulsuda (la pulsuda es aceptada simplemente por su condición de pulsuda).

Se reconoce también en los hombres cierto vocabulario extenso sobre sinónimos en dichas categorías:

-Gorda: gruesa, vaquillona, ballena, tanque, barril, dejalospostres, rechoncha, rolliza, matambre, Mundo Marino, detodomenosupa, chancha, etc, etc, etc
-Flaca: hilacha, escuálida.
-Pulsuda: camión, bebé, chequeta, mamita, seeee, bombón, ay mi viiida, diossanto, etc

Hechas las respectivas consideraciones, estamos en condiciones de contestar a la pregunta que nos acongoja: Los hombres ... ¿cómo las prefieren?

La respuesta es sencilla: Pueden meterse las clasificaciones, caracterizaciones, metáforas y preferencias en el centro del mismísimo asterisco, y con la mano desocupada calcularse el área de la panza porronera allá lejos muy muy lejos, donde se enchufa el sol, a la vuelta, y con el mismo entusiasmo ...

Moraleja: Mujeres ... amemos esos kilitos de mas, que nuuuunca están de maaas!

06 marzo 2010

Excusas de los hombres para terminar una relación (según el perfil psicológico)


1-Sos mucho para mí. Te mereces algo mejor (El baja-autoestima)

2- Estoy confundido. Necesito tiempo para pensar (El poco original)

3-Te quiero, pero como amiga (El Roberto Carlo)

4-Necesito estar solo (el autista)

5-Es mejor pelearnos antes de que terminemos mal (El precavido)

6-Soy agorafóbico (el creativo)

7-Ponete en mi lugar… (El narcisista)

8-No sos vos, soy yo. (El Diego Peretti)

9-Deberíamos habernos conocido dentro de dos años (El proyectivo)

10- Mi mamá adoptiva no te quiere (El adoptado)

11-Tengo una enfermedad terminal (El hipocondríaco)

12-A mi me duele mucho hacer esto, pero… (el masoquista)


PD: cuando un hombre te pide espacio, dejalo afuera…

04 marzo 2010

¡7upsss!

02 marzo 2010

Sueñan las pulgas con comprarse un perro, y los nadie, con salir de pobres


Transcurre diariamente de boca en boca, la afirmación casi predictiva que argumenta en su teoría que "para ser alguien en la vida, hay que tener un título". Poniendo en tela de juicio dicha cosa, me surgen dos preguntas:

1. Qué carrera universitaria o terciaria, privada o pública, enseña a “ser”… o más bien “a ser alguien en la vida”

2. Las personas que no tuvieron, por causas económico-sociales, o por elección propia, acceso a educación formal, fuera del plano primario y secundario: ¿no son nadie en la vida? O replanteando la cuestión: ¿son los nadie en la vida?

Se me puede reprochar haber tomado la significación literal de la afirmación. Sin embargo, lo simbólico dentro de la misma no deja mucho margen para la diferencia. Me refiero a que es cierto que la enorme franja de individuos sin estudios de grado terminan, de una u otra manera, siendo excluidos y discriminados también dentro del marco laboral que suministra trabajo digno, o más o menos digno, y les relega todo aquello que nadie quiere hacer. Por ejemplo: recolectores de basura y barrenderos, vendedores ambulantes, albañiles, colectiveros, choferes de taxis, servimotos, beneficiarios de los planes trabajar, amas de casa, mecheras, choros y tantos otros.

Es demasiado amplio lo que se puede llegar a escribir al respecto, y no quiero aburrir con cuestiones ampliamente discutidas ya, pero si me gustaría remarcar el hecho de que en general, la inaccesibilidad a estudios superiores también es heredada de generación en generación como cuestión de clase (social), cual estigma que responde funcionalmente, en un tipo particular de economía y momento histórico. a la necesidad de que algunos “sean los nadie en la vida”.

Ya lo dijo Galeano antes:

"Los nadie: los hijos de nadie, los dueños de nada.
Los nadie: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre,muriendo la vida, jodidos, rejodidos.
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de laprensa local.
Los nadie, que cuestan menos que la bala que los mata."

Ser un “nadie” no es una elección. Somos “nadie” de la misma manera en que somos médicos o abogados porque papá, mamá y cierto mandato social, nos dieron la oportunidad de serlo.

Ahora cambio el rumbo de mis preguntas y me replanteo. Si “para ser alguien en la vida hay que tener un título”, más que una verdad es un claro mecanismo de exclusión social: ¿Por qué seguir reproduciéndolo?...

Yo le daría una vuelta de rosca a la cuestión y diría que “para ser alguien en la vida, hay que luchar por los nadie”. O mejor aún, para evitar el asistencialismo, “hay que luchar con los nadie”.